Sueño y reparación celular en pacientes con biopolímeros

Una de las mayores incomodidades que presentan las personas que tienen biopolímeros es la incapacidad para conciliar el sueño de forma adecuada, generalmente por causas como el dolor y el síndrome inflamatorio crónico, los cuales derivan en trastornos psiquiátricos como la ansiedad y la depresión, factores que impiden lograr un sueño reparador.

Está comprobado que dormir provee múltiples beneficios no sólo para la salud física, también la mental. Este proceso se compone por 5 fases que se denominan sueño ligero, adormecimiento, transición al sueño, sueño profundo ó sueño delta y la última fase REM, etapas en las que se dan procesos como el entrenamiento del vago, movimientos oculares rápidos, estimulación de la memoria y los sueños. Un sueño restaurador permite la regeneración celular, acción que depende de una glándula llamada hipófisis, encargada de liberar señales en el hipotálamo para dar paso a la producción de somatotropina (hormona del crecimiento), la cual absorbe la serotonina (hormona de la felicidad), la somatotropina es una sustancia química enviada a través de la sangre hacia los órganos donde se desplegará el aumento y crecimiento de todo el cuerpo, llegando hasta los huesos e hígado donde se forman otros elementos que aportan al desarrollo de nuevos tejidos, tomando además participación en el proceso metabólico.

La melatonina, la hormona liberada durante el sueño nocturno, cuenta con un especial desempeño en los procesos antiinflamatorios, regenerativos, reproductivos, antioxidantes e inmunológicos. Esta secreción aporta citocinas que aminoran el daño celular por los radicales libres (componentes que promueven la oxidación), estimulan el sistema inmune, protegen el sistema cardiovascular, estabilizan los ritmos biológicos del cuerpo y activan la proliferación celular, dando como resultado nuevas respuestas inmunitarias antiinflamatorias. Aspectos como el estrés crónico, el insomnio y los malos hábitos alimenticios aceleran el proceso de envejecimiento celular, el cual  se manifiesta en la deficiencia de melatonina. Síntomas como la inflamación, el ardor y el dolor crónico, adoptan una escala mayor  a causa de los bajos niveles en la producción de esta hormona.

Hormonas como el cortisol, la testosterona, la hormona estimulante de la tiroides y la hormona del estrés tienen origen en los ritmos circadianos, son los encargados de las variaciones fisiológicas que experimentan los seres vivos diariamente de manera sincronizada, de allí la importancia de presentar el sueño como un componente esencial que posee efectos desinflamatorios y reparadores que también hacen influencia sobre el mejoramiento en el aspecto de la piel por medio de la sintetización del colágeno y la elastina.

FACTORES QUE INTERFIEREN EN LA CALIDAD DEL SUEÑO

Dormir 8 horas diarias, adquirir hábitos del sueño saludables y tener una dieta equilibrada permiten lograr bienestar y energía durante la jornada siguiente.

Si en la noche no se elimina el cortisol a través del sueño, los tejidos celulares del organismo no tendrán una correcta recuperación y reparación, la respuesta se verá reflejada en una sensación de cansancio y somnolencia durante la jornada del día siguiente. Así mismo, factores como el sobrepeso y la apnea influirán de forma negativa sobre la adecuada expansión de la caja torácica, reprimiendo la entrada del aire a los pulmones, además, las alteraciones en la respiración como alergias (rinitis, sinusitis) tendrán también participación en la concentración de las actividades diarias.