Cómo reducir la inflamación intestinal en pacientes con Biopolímeros

La disbiosis es la denominación que se le da al desequilibrio en la composición microbiana, sea por eliminación de bacterias beneficiosas ó por la proliferación de bacterias perjudiciales que desencadenan trastornos intestinales, los cuales tienen responsabilidad en la réplica inflamatoria y oxidativa de las células intestinales, ocasionando la inestabilidad metabólica. Los problemas de la piel también tienen su origen en este desbalance, donde se promueve la aceleración del envejecimiento celular, a su vez, que debilita el organismo. La disbiosis es un factor de vulnerabilidad que impide el correcto funcionamiento de los órganos implicados en el sistema digestivo, haciendo que el organismo queme y pierda gran parte de las bacterias que le son favorables.

En los organismos de las personas con biopolímeros, factores como la circulación sanguínea(retorno venoso), la adecuada absorción de los nutrientes, la inflamación, la higiene del sueño, se verán comprometidos al presentar alteraciones las cuales derivan en molestias que comprometan el desempeño personal cotidiano.

Microbiota

La microbiota tiene implicación en más de veinte mil funciones biológicas, la mayoría relacionadas con la digestión, tiene conexión con el intestino y a su vez con el cerebro a través del nervio vago para la producción de citoquinas, neurotransmisores ó ácidos grasos de cadena corta (Acetato, Propionato y Butirato) éste último, encargado del mantenimiento del intestino y a su vez de la respuesta antiinflamatoria. Un estilo de vida inadecuado, el consumo de alimentos ricos en grasas, los procesados, la carencia de nutrientes(vitamina D), los excesos nutricionales, el sobrepeso, la diabetes tipo 2, el sedentarismo y los altos niveles de estrés producen inflamación intestinal, éste último es un factor que perturba el funcionamiento de las hormonas y el metabolismo en general. El uso de antibióticos implica el retardo en la colonización de microorganismos beneficiosos que promueven al mismo tiempo el ingreso de patógenos potencialmente nocivos para la salud intestinal, su uso frecuente estimula la disbiosis, abriendo la posibilidad de un posterior síndrome obeso. Cuando el grado de disbiosis es mayor y se padece SIBO (sobre crecimiento bacteriano del intestino delgado), los problemas en la salud aumentarán de forma exponencial. Estas son algunas de las enfermedades asociadas al SIBO:

Fibromialgia, estudios demuestran un alto porcentaje de personas con fibromialgia asociadas al SIBO. Hígado graso, trombosis venosa profunda, enfermedad celíaca, enfermedad de Crohn, colitis ulcerosa, diabetes tipo 2 e hipotiroidismo. Muchas de las afecciones anteriormente mencionadas, tienen que ver con la reacción que desencadenan los biopolímeros, es por eso que el repoblar la flora intestinal con antelación (3-4 días) es fundamental antes de ingerir alimentos probióticos que aportan a la reducción de algunos síntomas. Se deben incluir alimentos prebióticos y probióticos para mantener una salud intestinal adecuada, pues sus contribuciones para la salud son abundantes y eficaces.

Síntomas de la disbiosis intestinal:

• Diarrea alternada con estreñimiento
• Distensión abdominal
• Exceso de gases
• Alteraciones en la digestión
• Edemas
• Cefalea
• Tendencia a las infecciones (se han encontrado pacientes con biopolímeros que son más vulnerables a los episodios infecciosos)
• Sensación de cansancio sin causa previa
• Trastornos de la piel, acné y picor continuo

Alimentos que se deben evitar en la disbiosis intestinal:

• Alimentos ricos en proteína animal: Carnes rojas (disminución de bacterias protectoras – beneficiosas)
• Alimentos con azúcares añadidos: galletas – cereales – bizcochería
• Alimentos procesados con emulgentes: Pan industrial – chocolate – helados – margarinas – carne procesada (especialmente los embutidos)
• Alimentos y bebidas “light”
• Bebidas alcohólicas
• Medicamentos como los antibióticos

Tratamiento

Para el tratamiento de la disbiosis es importante la adquisición y el mantenimiento de la microbiota a través de hábitos saludables, una alimentación balanceada y buenos ciclos en el sueño reparador, serán aspectos que promuevan la secreción de serotonina, llamada hormona de la felicidad, un componente orgánico trascendental para el restablecimiento de la salud física y mental.

En la dieta se deben incluir mínimo 10 tipos de hortalizas, verduras, frutas y fermentados por semana tales como: la zanahoria, el brócoli, la coliflor, chucrut, kimchi, tempeh, kombucha, cebolla, raíz de achicoria, semillas de lino y semillas de chía. Alimentos con antioxidantes como las vitaminas A, C y E, el selenio y la quercetina.

Chucrut

Así mismo la eliminación de azúcares y harinas, el orden en la crononutrición (horarios en las comidas), la búsqueda de alimentos más naturales, la preparación de los alimentos manteniendo su calidad nutricional, la integración de nuevos ingredientes con sus múltiples beneficios y la correcta absorción de los nutrientes, permitirán una regulación en la respuesta inflamatoria, forjando la reparación y formación de nuevas células que intervienen sobre el bienestar intestinal y posteriormente en una mejor proyección de la salud general.

Cuando la respuesta inflamatoria se presenta de manera permanente, la función de otros órganos, incluido el cerebro, se podrían ver alteradas.

Los antibióticos, los laxantes, los ansiolíticos, los antidepresivos, las sales de hierro y los anticonceptivos orales pueden ser promotores de disbiosis intestinal.